|
|
|
|
|
|
|
|
Por
Edwin Salem
Malvinas / Faulklands Continuación
A medida que avanzábamos,
encontrábamos manadas de ovejas por
todos lados. Poco a poco fui comprendiendo
el terreno y que significaba cada planta,
espiga y pasto. Ya entendía lo que
yacía debajo del campo y las dificultades
que podría proveer mi falta de conocimiento.
El guía valió cada centavo que
pague por que era una enciclopedia de información
sobre el territorio.
Al final del horizonte dorado poco a poco
una línea horizontal celeste comenzaba
a trazase en la distancia. Esta se fue ampliando
lentamente hasta que llegamos a Cow´s
Bay. Una playa amplia y larga con acantilados
en cada punta. La marea estaba muy baja lo
cual nos permitió movilizarnos con
el Land Rover con velocidad por la arena.
En la esquina este, montamos el campamento.
A la hora de llegar después de haber
transpirado un poco, Rowland comenzó
a preparar la comida. Yo me puse el traje
de goma y me fui a surfear una izquierda elegante
de fondo de arena con vientos offshore . Esta
no superaba mas que la altura de mi cabeza.
Los pingüinos nadaban a mi alrededor
para ver si yo era un ser hostil. Al no interferir
siguieron su curso a la playa con velocidad
para reunirse con el resto de la colonia.
Después de estar en el trópico
tanto tiempo este lugar le hablaba a mi espíritu
en una forma siniestra. El sonido del viento,
los despegues en las olas heladas, el canto
estridente de los pingüinos combinado
con el de las ovejas en la playa, las grandes
expansiones de tierra, las focas ladrando
y algunos gansos europeos que volaban por
ahí….sentí que el todo
me comunicaba el argumento ecológico
entre la influencia del hombre y naturaleza.
Esto generaba una combinación alterada
de ambas presencias representada en una coexistencia
rarísima de todos estos animales en
un mismo hábitat y para ponerle la
crema a la torta, dos seres humanos, uno surfeando
y el otro cocinando a medida que la luz iba
desapareciendo.
Pero por estas rarezas, exquisiteces, exentrismos
o realidad local es por que hago estos viajes.
No es solamente surfear, sino descubrir, realizar,
expresarse y exaltarse en nuevos ambientes
que lo sacan a uno de su orbita habitual para
expandir la mente y ampliar el universo interno….
abriéndose de tal forma que todo te
traspasa y vos traspasas a todo. Aquí
no hay show, ni vanidades, ni chicas, ni quien
agarro la mas grande o se tiro mas cerrado,
ni quien se entubo mas profundo, ni quien
es quien. Las únicas medidas de competencia
son tu intelecto que te puso ahí, el
recuerdo de las imágenes de tus olas
anteriores en relación a la actual,
tu progresión de adaptabilidad a ese
medio ambiente con todas sus variantes y en
que estado físico vas a llegar al final
del día. Ósea vas midiendo tu
ser en su totalidad biológica, intelectual
y espiritual como para repetir nuevamente
las mismas acciones a la tarde o al día
siguiente. Es lo que te tira el lugar, es
como lo interpretas y como te expresas sobre
el. Es todo. El factor humano es mínimo
y al ser así a su vez es máximo,
vivir esas sensaciones te dan un sentido relativo
del tiempo y el espacio como también
un sentido de inmortalidad. Este a su ves
hay que regularlo con mucha frialdad mental
para justamente no pasar esa línea
difusa de un sentimiento inmortal a la dura
realidad de mortalidad. Cuando hay dos personas
envueltas en la experiencia el dialogo sano
de las situaciones vividas en esos momentos
críticos (amenos que la hipotermia
este bien encaminada en ambos) aporta soluciones
lógicas y rápidas. Cuando uno
esta solo, es tu dialogo interno y tu realista
honestidad con vos mismo el ambiente y las
circunstancias actuales que van a salvar tu
existencia en este mundo. El ser o no ser
puede venir tan repentinamente que si te da
la oportunidad de tomar decisiones bueno no
hay que desaprovechar ese instante.
Por ejemplo como mencione antes en la antártica
tuve una opción de experimentar con
Chris Malloy surfear en una playa de un Iceberg.
Nadie en la historia del deporte había
echo esto antes. A pesar de todas las diferencias
que podría haber entre el y yo, como
edad, profesión, nivel de competencia
física etc. Intelectualmente y espiritualmente
éramos muy compatibles en cuanto a
el inmediato intercambio de información
a medida que íbamos agarrando olas
y experimentando en un nuevo campo de juego.
Tal fue la experiencia que luego de agarran
una gran cantidad de olas nos subimos al témpano
caminando como si lo estuviéramos haciendo
en Ventura o Playa Grande. Pero al cabo de
un periodo decidimos evacuar ya que un pedazo
del Iceberg se desprendió explotando
como una bomba. Por eso hay que saber cuando
la naturaleza dice basta. En este caso fue
mas que obvio. Pero en las Malvinas tuve un
incidente inesperado en cual fue rapidísimo,
apareció con mucha sutileza detrás
de mis espaldas. |
|
|
|
(No
es mi intención aburrirlos con estas
anécdotas pero es positivo transmitir
la información mas relevante de estas
para el bien común.)
Al día siguiente después del
desayuno fui a surfear a Volunteer point.
La mañana estaba clara y radiante,
el swell había subido y en el horizonte
había nubes muy oscuras generando un
fondo plomizo. El pronostico de nuestra radio
decía que habría una fuerte
tormenta con vientos de fuerza 8 para después
del medio día. La ventana de posibilidad
para esta sesión de surf era de 8:00
am a 11:00. Después seria muy arriesgado,
muy sobre la hora. Según el pronostico
los vientos vendrían side shore a la
playa en la cual estaba. A las 8:20 am ingrese
al mar con mucho entusiasmo y comencé
a correr olas muy lindas en un arrecife de
piedras redondas que quebraba asía
la derecha alejándose de los acantilados.
Sobre las piedras había algas marinas
gigantescas con un aspecto primitivo. Parecían
plantas prehistóricas de aspecto, la
textura era como el uretano, de color verde
oscuro. La temperatura del agua se hacia sentir
en mi cara a medida que las ráfagas
de viento lijaban las gotas sobre mis pómulos
y mejillas. A la hora y media mi nariz estaba
morada e insensible. El resto de mi cuerpo
toleraba el frió mientras me mantenía
en movimiento agarrando olas. El lugar tiraba
una derecha hueca sobre el arrecife y mas
al este una izquierda de fondo de arena. Ambas
rodaban sin cesar. Agarraba una tras otras
divirtiéndome mucho y generando calor.
Pero alrededor de las 10 AM el pronostico
me traiciono desatando los vientos fuerza
8 directamente desde la costa volando arena
hacia el mar y haciendo prácticamente
imposible surfear. Decidí salir del
agua pero el viento incrementaba por minuto
y sin darme cuenta al estar sentado en la
tabla mi espalda comenzó a trabajar
como un vela empujándome mar adentro.
Si bien la situación se había
descontrolado mi mente no podía darse
ese lujo y comencé a remar fuerte con
brazadas largas y continuas. Mi avance en
dirección al la playa era deplorable.
Llegue a contar treinta brazadas en dos metros
de desplazamiento. Me di cuenta que en esa
dirección seria imposible salir. La
corriente tiraba hacia las piedras del point
y decidí ir en diagonal al viento con
la corriente a una garantizada colisión
con las piedras. Rowland estaba en la playa
y no podía hacer absolutamente nada
por mi. Seria tétrico para mi que tuviera
que llamar a la base y que me saquen con un
helicóptero, pero a la distancia que
estábamos de esta y las condiciones
que empeoraban nadie me podría garantizar
que encuentren como una aguja en un pajar
en algún lado del atlántico
sur. Seguí mi curso asta que una ola
rompio a mis espaldas. Tire la tabla y me
deje llevar por las olas sobre las piedras.
Esto no fue tan trágico como lo esperaba
ya que las algas amortiguaban los golpes mientras
pasaba como una bola en una maquina de pin
ball entre las piedras del arrecife. Pero
la odisea no termino ahí ya que había
poca playa entre el acantilado y el agua y
esto generaba una pequeña contra ola.
Esta combinada con la succión de las
olas al retraerse me hacia muy difícil
el avance. Fue ahí donde le saque provecho
a las algas. Cuando el agua se retraía
me agarraba de estas como si fuesen sogas,
cuando el agua se desplazaba yo avanzaba con
ella ganando terreno. Así tediosamente
logre llegar a la playa con algunos agujeros
en el dry suit y la tabla. Nada grave, todo
reparable en plaza pero el adrenalinazo me
dejo un poco pavote. Una ves terminada la
odisea me quede al lado del fuego en el refugio
y luego después de tomarme una sopa
caliente me dormí una larga siesta.
A lo largo de esos días seguí
explorando y surfeando distintas playas en
ese sector de la isla contento de haberme
salido con la mía, contento de haber
burlado a las autoridades y contentísimo
por haber encontrado olas donde nadie jamás
había surfeado habiendo superado contratiempos
y obstáculos de todo tipo siendo fiel
a mis convicciones y agradecido de poder contarlo.
Si bien las olas se mantuvieron constantes,
gracias a Dios no tuve ninguna saga mas a
superar. Hice surf como en cualquier otro
lado del mundo, mas aclimatado, mas adaptado
a las condiciones locales y por ende mas astuto
en reaccionar a los cambios climáticos
de esos pagos. Hoy considero que aprendí
mucho del atlántico sur y que la ley
es que siempre hay que aprender algo de cada
situación en cada lugar. El conocimiento
científico es muy importante pero la
adaptación al ambiente local es igual
de valido ya que con ambas uno puede minimizar
los riesgos. Las costas de estas islas tienen
mucho surf, las olas están ahí
para ser descubiertas no solo para los exploradores
argentinos sino para todos aquellos de cualquier
país del mundo que estén dispuestos.
Estoy dispuesto a compartir mi conocimiento
con quien lo desee como también me
aprender el que ofrecen los demás.
Por ende les doy mis coordenadas a aquellos
que quieran entablar un dialogo serio sobre
expediciones.
Hasta la próxima, Go for it!
Edwin Salem |
|
Volver |
|
|
|
|
|
|
|
|
|